El músico, folclorista y poeta Roberto Parra (Santiago de Chile,
1927 – ibidem 1995) escribió una serie de manuscritos en forma de décimas dentro
del contexto social del golpe de estado que sufrió Chile en el año 1973. Durante
este periodo fueron cometidas sistemáticas violaciones a los derechos humanos.
También se limitó la libertad de expresión, se suprimieron los partidos
políticos y el Congreso Nacional fue disuelto.
Todo ello hizo que estos textos no vieran la luz pública hasta
el año 2009, cuando fueron adquiridos por la Biblioteca Nacional de Chile. Fue
entonces cuando la dramaturga Florencia Martínez realizó la adaptación teatral
de los textos. Y el resultado muestra la visión profunda, sensible, aguda y
perspicaz sobre una realidad vivida por Roberto en propia carne
III EDICIÓN DE TEATRO LATINOAMERICANO “SUD A L’HORTA” EN
VALENCIA, ESPAÑA
Entrar en el espacio “Sud a l’Horta” implica conocer bien el
barrio de Benimaclet.
Llegamos hasta la plaza de las Trece Rosas y nos mimetizamos
con el bullicio de la gente que esperaba ver “El Golpe”. Se trataba de la
última obra a representar en el tercer certamen del festival.
Había lleno total. El lugar tomó forma orgánica de sala de
teatro y cuantos asistíamos a la representación vibramos cuando avisaron del
comienzo.
Relatar lo que supuso para mi contemplarla merece comenzar
por el propio contexto del lugar.
Cuando llegué allí me esperaban tres asientos en segunda
fila, cerca del único objeto que ocupaba el escenario: una silla. Al fondo
también podía verse un letrero iluminado cuyo rótulo hacía referencia al título
de la obra que se iba a interpretar.
Todo estaba dispuesto gracias al trabajo excelente de la
productora Francesca Ceccotti y el técnico Cristián Matta.
EL GOLPE, UN RELATO DE MEMORIA DE ROBERTO PARRA
Se hizo silencio y salió a escena Nicolás Pávez vestido con
camisa blanca y pantalones largos. Su paso era firme y lánguido al mismo
tiempo. Comenzó a declamar la rítmica del texto acompañado por una música al
piano, inspirada en la cueca chora y el jazz
guachaca del mismo Roberto Parra.
La voz, las palabras y los gestos dibujaban todos y cada uno
de los chilenismos que desprendía el texto. Nada quedaba inconcluso. Toda la
métrica era explicada y dirigida hacia el público. No se perdía ni el silencio.
El personaje era unas veces joven otras, viejo y desdentado.
A veces confuso ante tanta crueldad, pero siempre lúcido y trasparente.
La interpretación de Nicolás Pávez colmó el escenario. No
necesitaba atrezo, ni siquiera decorado. Su cuerpo y sus movimientos
articulaban el espacio de tal forma que inundaba la tarima en donde cobraba
vida el texto.
Nicolás Pavez - El Golpe, 26 de agosto 2018. |
Lo definiría como un “animal de escena” porque es su hábitat
natural. Allí entre los focos y las miradas, daba forma orgánica se
transformaba en un otro, en su alter ego
que desarmaba al espectador con su savoir
faire de actor.
La dirección de Soledad Cruz estuvo brillante e impecable. Orquestando
la producción desde muy cerca de manera eficaz y solícita. ¡Bravo!
Disfruté de la música del piano que acompañaba la obra pues
me ayudó a comprender el drama del momento vivido por el propio autor.
Decir por último que el trabajo actoral de Nicolás Pávez
sobre el escenario dibujó en mí la sonrisa, esbozó el llanto de la emoción y
finalmente conquistó mi corazón gracias a su magnífica actuación.
“El Golpe, un relato de memoria de Roberto Parra” es una
obra para no perderse. Me atrevería a decir que en suma es una producción
imprescindible para gozar del buen teatro, ese que traspasa el medio escénico, nutre
el alma y te hace “pedir más”.
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