viernes, 3 de mayo de 2013

LA NECESIDAD DE UNIR TURISMO Y MEDIOAMBIENTE.

ESTE ARTÍCULO CONFIRMA LA PANDA DE INEPTOS "INFRAMENTALES" QUE GOBIERNAN NUESTROS MUNICIPIOS...


(Mayo, 1999) Por Ana Mafé García

La calidad de vida de las personas no únicamente puede medirse en términos de renta y bienes materiales. Durante años las leyes han tomado como finalidad primordial mejorar las condiciones de vida y laborales de los ciudadanos. Así, el medioambiente siempre ha permanecido fuera de esos objetivos principales. Pese a todo llevamos más de veinticinco años hablando de ecología…

Actualmente, el futuro de una región, de un municipio, debe basarse en el principio de desarrollo sostenible y en in elevado nivel de protección del medioambiente. Por desarrollo sostenible se entiende, según el informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Comisión Brundtland): “El desarrollo que cubre las necesidades actuales sin comprometer a las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Resumiendo, en lenguaje de uso corriente: Gestionar el presente planificando el futuro.

El V Programa de Acción Medioambiental de la Unión Europea, aprobado en la Agenda 21, toma el nombre de “Hacia el desarrollo sostenible”. Este programa está concentrado en cinco sectores económicos principales que causan daño al medioambiente: industria, transporte, energía, agricultura y turismo.

Los recursos naturales –el agua, la vegetación, el paisaje, etc. -constituyen una de las materias primas sobre la cual podemos fundamentar el potencial turístico de un espacio y planificar así su desarrollo.

En Alboraya tenemos dos claros ejemplos de recursos naturales: el litoral y la huerta. Forman dos ecosistemas diferentes, aunque podemos confirmar que ambos comparten una belleza especialmente hermosa y una gran vulnerabilidad. Merecen pues, una atención y protección especiales. Porque, ante todo, nosotros somos conscientes de que el valor real de estos recursos naturales puede desaparecer drásticamente como consecuencia de una mala planificación o un uso abusivo de los mismos. Así, todo el atractivo visual y turístico que una zona posee puede verse degradado hasta extremos de que no resulte “repulsivo” visitarla.

Es urgente tomar medidas medioambientales que ayuden a conservar y mejorar la totalidad de los recursos naturales que posee Alboraya. Las políticas de actuación en este sentido no deberían demorarse tanto, pues en estos casos el tiempo juega a favor de la destrucción y la degradación del entorno. De forma implacable y desmesurada, una valiosa parte de nuestro patrimonio desaparece gracias a “negligencias”, “descuidos” y falta de conocimiento político.

Es necesario unir Turismo y Medio Ambiente si se pretende tener un verdadero desarrollo sostenible y turístico dentro de la localidad de Alboraya. El turismo sostenible depende del medioambiente limpio, con suficientes recursos para cubrir las necesidades de los turistas y visitantes, sin poner en peligro el hábitat natural de los alborayenses, es decir, la costa, el núcleo rural y la huerta.

En este sentido, la Agencia Europea del Medio Ambiente ha elaborado un informe sobre impuestos ambientales y su aplicación y efectividad sobre el medioambiente, que va destinado a los responsables de las decisiones políticas y al público.

Aunque la conciencia social va madurando, siguen faltando ideas y respuestas a los muchos problemas que el cuidado del medioambiente plantea. Tal vez sea cuestión de prioridades: de momento, los alborayenses aún podemos enorgullecernos de una huerta y un litoral… Pero ¿hasta cuándo nos durará este pequeño y privilegiado paraíso si no hacemos nada para conservarlo?

De ante mano, doy gracias al lector o lectora que ha llegado hasta este punto. A veces es necesario perder algo realmente especial, para luego darle la importancia que realmente tenía. Hoy por hoy tenemos todo y de todo en Alboraya. Cada uno de nosotros somos el presente y seremos el futuro de este maravilloso pueblo. Creo que solo nos falta un poquito más de conciencia medioambiental, porque ilusión y amor por nuestra tierra nos sobran ¿verdad que sí?

P.D: ¿Y si se acaban de cargar la huerta qué comeremos en Valencia, ladrillos?

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