Hacía tiempo que no entraba en un teatro a las 12:00 h de la mañana para ver una obra. De hecho, hacía tanto tiempo que ya había olvidado lo que significaba ir al teatro con niños y niñas.
Fue
precisamente este pasado domingo 21 de marzo cuando tuve la oportunidad de ir a
ver este maravilloso musical teatral. Lo hice acompañada de mi mujer, una amiga
y sus dos nenes de 7 y 4 años.
Siempre
que tengo ocasión cuento que el teatro me nutre no solamente a nivel sensorial,
sino que también me nutre el corazón, la mente y lo que es más importante, la
vida. Eso lo hace a través de la energía talentosa que emanan las
personas que se dedican a las artes escénicas y que tengo la suerte de poderlas
disfrutar, casi diría paladear, en directo.
Las
obras de teatro difícilmente me dejan indiferente. Esto es porque cada una de
ellas, o bien a través de sus actores, o por medio de sus diálogos me dejan en
calidad de espectadora además de un mensaje, una enseñanza de vida. Enseñanza
que, a pesar de ser en cabeza ajena también puede servir de espejo y señal para
quien la quiera ver.
La
llave mágica me transportó por más de una hora a un mundo de fantasía y
realidad. A un espacio “mágico” de una exquisitez magnífica tanto en su
continente como en su contenido.
La
Sala Off estuvo a la altura de las circunstancias. Colas en orden, gel y
mascarillas. La cultura es segura y debe ser en esta época que nos ha tocado sobrevivir
(no digo vivir) un imperativo de la Administración porque “no solo de pan vive
el hombre”.
SE APAGAN LAS LUCES…
Fue
una experiencia muy gratificante acudir al teatro, entrar en la Sala Off
y disfrutar del maravilloso elenco de actores que, tan hábil y tan
profesionalmente tuvieron a todos y cada uno de los espectadores pegados
literalmente a la butaca.
A toro pasado, pienso que la propia obra comenzó ya en el vestíbulo de entrada a la Sala Off cuando se nos repartieron unas banderolas para que pudiéramos interactuar con los personajes a lo largo de la obra en un momento muy específico, justo cuando lo demandaba así el texto.
Como
dije al principio, es una experiencia muy emocionante acudir al teatro con
niños porque la forma en que interactúan ellos con los actores siempre es muy
receptiva y evidente. Te emocionas de verlos emocionados.
SOBRE LA OBRA
Desde
el principio de la obra sonó la música y se cantaron canciones (Víctor
Lucas). Sus letras explicaban situaciones cotidianas de un chico que quería
divertirse y pasar de las obligaciones. Todo el texto se orquestaba dentro de
un marco muy didáctico y lúdico. Fácil de seguir y con múltiples efectos
visuales en escenografía y video mapping (Luis Crespo, Patricia
Sánchez, Yeray Varo y Jose Luis Cardona). No faltó ni un solo detalle a nivel de
dirección. ¡Felicidades por la dirección y por el magnífico guion!
(Mamen Mengó y Víctor Lucas)
La llave mágica. Cartel de Mariano Martín. |
INTERPRETACIÓN
De
los tres actores, dos de ellos iban interpretando diferentes personajes frente
al público. Lo hacían con una escenografía muy cuidada y estudiada.
El
protagonista (Yeray Varo) llevó el peso del musical de forma magistral.
Su actuación fue muy fresca y creíble, creciendo en matices. La evolución en el
escenario fue progresiva y nunca se hizo pesado. Esto es difícil de conseguir cuando
en un musical apenas el personaje sale de la escena.
El
Miedo (Pau Vercher) cuando salió moviéndose y bailando, nubló los ojos
de Mariola que pedía “bracito” a su madre. Su interpretación del “otro yo” nos
contagió su alegría. Estuvo integrado con su personaje alter ego hasta
el final. Me encantó el vestuario (Pascual Peris). Gran trabajo
de interpretación. ¡Enhorabuena!
La
Musa despertó las sonrisas de todas nosotras y encandiló nuestros sentidos con
su voz, sus movimientos, su interpretación y su maravillosa sonrisa.
Personaje
muy bien interpretado y dirigido. Sin estridencias, pero, desatada. ¡Bravo!
Las
neuronas –que fuimos los espectadores– vibramos con las banderolas y las
preguntas que nos lanzaron los personajes con sus canciones. Arriba manos,
abajo manos. ¡Qué bien lo pasaban los nenes!
En
resumen, mi felicitación más sincera al equipo de luz (Stefano
Recchia) y sonido que estuvo perfecto. Igualmente, mis felicitaciones a
dirección por su trabajo coral tanto en estenografía (Toñi B. Forascepi)
como en dirección actoral. En este punto debo hacer un paréntesis y congratularme
de poder disfrutar en directo de la energía talentosa de la
artista Ana Conca. Por el control de su personaje Musa, y por la
camaleónica interpretación que tuvo a la hora de construir el resto. Su
actuación, fue un regalo. ¡Gracias!
La llave mágica es una obra imprescindible
para no perdérsela y, sobre todo, para compartir con los más pequeños.
¡Felicidades
a todos quienes habéis participado en ellas!
Una gira por favor (Pedro Giménez). ¡Quiero más!
ACTORES: Ana Conca // Pau Vercher
// Yeray Varo
Dirección y guion: Mamen Mengó y
Víctor Lucas
Composición musical: Víctor Lucas
Coreografía y movimiento escénico:
Toñi B. Forascepi
Escenografía: Luis Crespo
Vestuario: Pascual Peris
Diseño de iluminación: Stefano
Recchia
Video mapping: Patricia Sánchez,
Yeray Varo y Jose Luis Cardona
Cartel: Mariano Martín
Producción ejecutiva: Pedro Giménez
No hay comentarios:
Publicar un comentario